La autolesión es un lenguaje somátco, el cual utiliza el cuerpo en vez de palabras y sentimientos. Esta conducta es un intento de manejar sentimientos caóticos, y estos actos son una búsqueda de afecto y no hay que verlos como una búsqueda de atención o como una manipulación. En el mundo se emplean diferentes conceptos como intento de suicidio, autolesiones deliberadas, parasuicidio, autoenvenenamiento o auntoinjuria y automutilación, que son confusos y muchas veces se superponen.
La autolesión es toda conducta de agresión a sí mismo, por sí mismo, en el cuerpo o la salud, teniendo la intención de hacerlo pero sin una determinación suicida. Se diferencia del intento de suicidio en que la motivación no es morir, sino dañarse, en un esfuerzo mórbido de autoayuda que provee un rápido pero transitorio alivio de sentimientos de despersonalización, culpa, rechazo y aburrimiento como de alucinaciones, preocupaciones sexuales y pensamientos eróticos. Es una forma de evitar el suicidio. En las autolesiones se trata de estar mejor, mientras que en el suicidio se busca aniquilar todos los sentimientos. En el intento de suicidio, la motivación no es morir, sino dañarse, en un esfuerzo mórbido de autoayuda que provee un rápido pero transitorio alivio de sentimientos de despersonalización, culpa, rechazo y aburrimiento como de alucinaciones, preocupaciones sexuales y pensamientos eróticos; es una forma de evitar el suicidio. En las autolesiones se busca estar mejor, mientras que en el intento de suicidio se trata de aniquilar todos los sentimientos.
Se dividen en automutilaciones, que son aquellas con un grave daño tisular, de las autolesiones propiamente dichas en las que la afectación es más superficial y moderada, siendo la diferencia de grado y las intoxicaciones deliberadas de medicamentos u otras sustancias, conllevan un daño a la salud pero no a lo corporal.
Se diferencian las autolesiones propiamente dichas de las intoxicaciones deliberadas porque son una población distinta. Las primeras son más impulsivas y su motivación es convertir un dolor psíquico en uno físico, mientras que en las intoxicaciones se busca obliterar el dolor emocional aunque sea por un breve lapso. Se descartan las conductas compulsivas (tricotilomanía, onicofagia, rascado compulsivo), porque no contiene agresión y son parte de un ritual obsesivo compulsivo.
No se incuyen como autolesiones a las que se producen accidentalmente por el consumo de alcohol o drogas o a la sobredosis de las mismas sin intención de dañarse ni al abuso de estas sustancias per se. Tampoco se tienen en cuenta conductas lesivas sin daño tisular (manejo temerario, deportes de riesgo, hacer ejercicios hasta lesionarse, dejar la medicación con la intención de dañarse, etcétera). Las autolesiones son una autoagresión con la intención de provocar un daño en el cuerpo o la salud sin determinación suicida.
¿Por qué se autolesionan?
La respuesta a este interrogante se debe visualizar desde diversas perspectivas, tales como la intención individual en el momento del acto, los precipitantes sociales y los trastornos mentales. Aunque los adolescentes puedan clamar que querían morir, en la mayoría sólo es una expresión de deseo y de estrés más que la verdadera motivación. Aún cuando el desenlace puede ser casi fatal, esta no ha sido la intención del paciente (por ejemplo: la sobredosis de paracetamol puede tener graves consecuencias médicas, que la persona no ha tenido en cuenta por desconocer si peligrosidad, no siendo su determinación suicida). Las posibles razones que subyacen en este comportamiento son el querer escapar de una situación intolerable o de un estado mental insoportable. Los motivos pueden ser:
- Escapar de una angustia agobiante
- Huir de una situación problemática
- Modificar el comportamiento de los otros
- Mostrar desesperación a los otros
- Vengarse de ciertas personas o hacerlas sentir culpables
- Aliviar la tensión emocional
- Buscar ayuda
- Cambiar un dolor psíquico por un dolor físico
- Bloquear recuerdos turbadores
- Autocastigarse
- Morir
Un número considerable de pacientes no puede ofrecer una explicación clara más que considerar que “han perdido el control”. Una pequeña minoría (13 %) son las que quieren hacer sentir culpables a los otros. La mayoría atribuye su conducta a más de un motivo.Algunos autores sustentan que las autolesiones son más un “grito de dolor” que un “grito para pedir ayuda».
Podemos considerar como factores de riesgo de repetición a los siguientes:
- Antecedente de autolesión previa al episodio actual
- Desempleo
- Clase social baja
- Problemas relacionados con el alcohol o drogas
- Antecedentes criminales
- Personalidad antisocial y borderline
- Renuencia a estar bajo tratamiento
- Desesperanza
- Marcado intento de suicidio
Todos estos factores pueden contribuir a la propensión para que la autoagresión se convierta en habitual
Se han identificado numerosos factores de riesgo, es decir de repetición del acto de autolesión; muchos de los cuales pueden aplicarse también para los que cometen suicidio. Ellos son los siguientes:
1. Perfil demográfico
los que se autolesionan parecen tener diferencias demográficas con respecto a los que se suicidan. Debemos considerar los siguientes ítems:
- edad: este comportamiento es raro antes de la pubertad, siendo más frecuente al progresar la adolescencia, siendo la media para el primer episodio los 16 años.
- sexo: mientras que ser hombre es un factor de riesgo importante para el suicidio, las autolesiones son más frecuentes en las mujeres. Se piensa que este mayor porcentaje en las jóvenes se atribuye a otros factores como depresión, trastornos de la alimentación y problemas sentimentales.
- desventajas socioeconómicas: un nivel socioeconómico bajo, un pobre nivel de educación, ingresos reducidos y vivir en la pobreza son todos factores de riesgo de autolesionarse.
Debemos tomar en cuenta los siguientes puntos:
- características familiares y experiencias infantiles: los resultados de estudios longitudinales evidenciaron la asociación entre el entorno familiar en la infancia y la autolesión en la adolescencia y en el adulto joven. El riego es mayor cuando los padres están separados o divorciados, en las familias donde hay marcada discordia marital o cuando la madre es muy joven o con un nivel muy bajo de educación. La psicopatología de los padres también es un factor de riesgo importante. Los niños que heredan una vulnerabilidad para trastornos afectivos y de abuso de drogas probablemente crezcan en hogares disfuncionales. Una maternidad y/o paternidad desadaptativa y un maltrato infantil aumentan el peligro de autodañarse debido a que esos factores llevan a severas dificultades en las relaciones interpersonales en la adolescencia, lo que conlleva a una complicación para desarrollar las habilidades sociales necesarias para lograr relaciones sanas. El afecto y el apego de sus compañeros no confiere protección contra la conducta autolesiva.
- aislamiento y soporte social: la mayoría de los que se autolesionan tienen relaciones disfuncionales. Cuando se les pregunta que los ayudaría a no dañarse, mencionan confiar en la familia y en los amigos o tener contacto con los servicios de psiquiatría, pero sólo la mitad lo hace cuando ellos están en lo peor.
- religión: en muchas personas las creencias religiosas previenen estos comportamientos. Las objeciones morales son claramente un factor protector en los pacientes depresivos que no se autoinjurian.
- factores culturales: las tasas de autolesiones varía ampliamente entre las diferentes sociedades, sin que se pueda explicar fehacientemente el por qué. Probablemente en algunos países católicos e islámicos con marcada desaprobación del suicidio, ese mandato se extienda también a la autolesión. Otros autores señalan a la cultura de las mass media de muchas sociedades occidentales, marcada por modas frenéticas y la polarización entre una imprudencia destructiva y abandono y a una cada vez más debilitada cautela, una retirada social y un mayor individualismo como una de las causas de los problemas psicosociales de los jóvenes.
- Orientación sexual: en los hombres y mujeres con orientación homosexual o bisexual es más probable autolesionarse que en los heterosexuales. Parecer ser mayor en los varones homosexuales que en las lesbianas. Un cuarto de las autolesiones de los hombres y un sexto de las mujeres con atracción por el mismo sexo se deberían a esa condición.
2. Patología psiquiátrica
Los estudios que evaluaban a los pacientes que se presentaban para su asistencia en los hospitales comprobaron que más del 90% de ellos padecía por lo menos un trastorno psiquiátrico, más comúnmente depresión, seguido de abuso de sustancias y trastornos de ansiedad. Pocos pacientes presentaron trastornos adaptativos. La comorbilidad es extremadamente frecuente. En un estudio británico, Haw y col. demostraron que el trastorno depresivo mayor se encontraba en más del 70 % de los pacientes, representando el 47 % los episodios severos con o sin síntomas psicóticos y el 42 % los moderados, sumando entre ambos casi el 90 % de los casos. Como segunda causa se halló al abuso o dependencia del alcohol con un 27 %, El abuso o dependencia de drogas ilegales se visualizó en un 9 %. Los trastornos neuróticos relacionados con el estrés y los somatomorfos aparecen en el 23 %, siendo los trastornos de ansiedad, los más frecuentes; entre ellos la fobia social, el trastorno de angustia con agorafobia y el trastorno de ansiedad generalizada. Otros presentaron trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático y trastornos somatomorfos, especialmente trastornos de somatización. Un 11 % tuvieron trastornos de la alimentación, con un predominio estadísticamente significativo en las mujeres. Un 6 % de las mujeres tenían una historia previa de trastorno de la alimentación pero actualmente no lo padecían. Más de un 5 % padecían esquizofrenia o psicosis no afectivas. La proporción de trastornos de la personalidad se registró en un 46 %, presentando comúnmente rasgos ansiosos, paranoides e impulsivos.
Miller describió una combinación de comportamientos que incluían la autolesión, abuso de sustancias y trastornos de la alimentación, a menudo con una historia de abuso sexual en la infancia y que denominó “síndrome de reactualización del trauma”(“trauma re-enactment síndrome”). Sin embargo, la mayoría de las mujeres abusadas sexualmente en la infancia no se dañan a si mismas y además las autolesiones no se confinan exclusivamente en las mujeres. Si parece haber conexión entre abuso infantil, violencia y abuso sexual en la adultez, depresión, trastorno de estrés postraumático, trastornos de personalidad del grupo B y autolesiones.
Dado los altos porcentajes de morbilidad psiquiátrica entre estos pacientes, se debe realizar una evaluación cuidadosa en busca de síntomas psiquiátricos, especialmente síndrome depresivo, abuso de alcohol y drogas y trastornos de personalidad.
Aspectos psicológicos: sumada a la intención conciente de dañarse, habría otros procesos menos concientes trabajando, que ponen a las personas en riesgo de autolesionarse como la ira contra otros o si mismo, sentimientos de abandono, culpa o desesperación y la ambivalencia que puede reflejarse en un deseo confesado de morir que no se traduce en un acto letal. La autolesión puede ser simbólica. Las cicatrices invisibles en el interior de la persona son peores que las corporales visibles.
3. Dificultad para la resolución de problemas
La capacidad de soportar sentimientos dolorosos sin una regresión a mecanismos de defensa más primitivos, puede ser protector. Los factores que pueden modificar la vulnerabilidad de los que se autolesionan son: las pobres habilidades para resolver problemas y el deterioro en la toma de decisiones. Se dificulta la resolución de problemas debido a la impulsividad, la inflexibilidad del pensamiento, la desesperanza, la renuencia a autodescubrirse, la falta de un pensamiento de futuro positivo y las dificultades con la memoria autobiográfica que se manifiesta por una tendencia a recuperar los sucesos del pasado en una forma general superficial más que recordar las situaciones específicas. Es importante tener en cuenta si las variables evaluadas son rasgos permanentes de la personalidad o dependen del estado actual de esa persona. La autolesión es uno de los criterios diagnósticos de trastorno borderline de la personalidad. Otros factores de riesgo son rasgos neuróticos y la búsqueda de novedades en los adolescentes. La disociación es en elemento de riesgo tanto en pacientes con o sin trastorno borderline de la personalidad. Tanto los pacientes con comportamientos autolesivos como los que padecen trastornos de alimentación, provienen de hogares disfuncionales con una madre controladora y un padre ausente. A menudo existe historia de trauma, son depresivas y obsesivas, apegadas a la madre que desalienta todo intento de emancipación. Los síntomas sirven para mantenerse como niñas con sentimientos negativos hacia la menstruación, la madurez sexual, el desarrollo y la feminidad en general. Esto lleva a comportamientos autodestructivos para remover pensamientos y tentaciones sexuales. Los síntomas anoréxicos, bulímicos o autolesivos pueden interpretarse con una naturaleza autoerótica y un sustituto de la masturbación normal, desde una visión psicoanalítica. Tendrían una función catártica, autopurificadora ya que modula los estados de ansiedad, tensión sexual, agresión y vacío, trayendo una sensación cuasi física de alivio. El uso de estos sustitutos previene la maduración, el crecimiento como mujer, con regresión a fases pregenitales con uso de defensas primitivas. Aspectos genéticos y neurobiológicos: sabemos de las alteraciones neurobiológicas que subyacen en muchos de los trastornos psiquiá- tricos y psicológicos asociados a las autolesiones y algunos parecen estar asociados independientemente con el suicidio y la autolesión como también con la depresión.
4.Enfermedades físicas:
se asocia a estas conductas lesivas, especialmente en personas mayores. Poblaciones de riesgo son los epilépticos, los infectados por HIV, especialmente en los primeros meses del diagnóstico, aunque también se producen en estadios posteriores y en los pacientes psiquiátricos que tienen antecedentes de traumatismos de cráneo. Los profesionales que atienden a los pacientes con HIV deben estar alerta del riesgo de autolesiones, especialmente si tienen un pasado de trastornos psiquiátricos o de autolesiones, ya que se encuentra incrementado en 7.7 y 5 veces respectivamente, en comparación con aquellos que no poseen estos factores.
5.Factores situacionales
un suceso adverso en la vida, especialmente los conflictos interpersonales, puede desencadenar una conducta autolesiva en una persona vulnerable.
Otro factor de riesgo es el tomar conocimiento de autolesiones entre sus compañeros y familiares. También se discute el papel de los medios de comunicación en la inducción a estas conductas.
El pertenecer a una subcultura, conformando una tribu urbana como los góticos, que se caracterizan por la forma de vestir, el maquillaje que utilizan, la música que escuchan, con una pseudofilosofía de melancolía, romanticismo, muerte, ritos satánicos y vampirismo, es un factor de riesgo.
Los factores de riesgo suicida después de autolesiones serían:
- Mayor edad
- Sexo masculino
- Antecedentes de internaciones psiquiátricas
- Trastornos psiquiátricos
- Aislamiento social
- Autoagresiones repetitivas
- Evitar ser descubierto en el momento de autolesionarse
- Autolesiones medicamente severas
- Intento suicida marcado
- Abuso de sustancias
- Desesperanza
- Mala salud física
- No alertar a otros durante o después del acto
La impulsividad
La agresión humana puede diferenciarse en diversos subtipos, según:
- la presencia o ausencia de causas o motivaciones (espontánea/impulsiva o reactiva/hostil, ofensiva o defensiva, proactiva/instrumental)
- naturaleza del desencadenante ( por ejemplo: condicionada, respuesta narcisista a una agresión),
- característica de los mediadores (psicológico, bioquí- mico, específico del sexo, reactividad-rabia relacionada con el afecto, injuriosa),
- modo de manifestación (cognitivo, simbólico, verbal, físico, directo/indirecto, abierto/contenido),
- dirección (hacia fuera o hacia sí mismo) y
- función ( por ejemplo: daño intencional, daño de objetos o sujetos, expresión de una reacción emocional-afectiva, compensación de una falta de reactividad).
La mayoría de las autolesiones son impulsivas. El concepto de impulsividad es polisémico y ha sido empleado para designar múltiples aspectos psicopatológicos. La impulsividad no es siempre negativa. Los impulsos son sucesos o estímulos que activan la conducta, representando tanto las necesidades biológicas, hambre, sed, reposo, como los deseos de aprobación, afecto y poder. Si estos impulsos inconscientes son excesivamente intensos o se frustan, darían lugar a la aparición de conductas patológicas. La mayoría de los impulsos son autoprotectores, incluso cuando su finalidad sea primaria, siendo el conflicto entre éstos y los obstáculos reales o imaginarios que impiden su realización, los generadores de trastornos patológicos.
Entre las diversas definiciones, tenemos la de Esquirol, quien en 1838 la describía en sus monomanías instintivas como una urgencia en la actuación, la ausencia en muchos casos de una motivación aparente o la ausencia de reflexión, mientras que Jaspers la explicaba como una actividad que tiene lugar de forma directa, rápida, sin conflicto ni toma de decisión y Plutchik la inscribía como la tendencia a responder rápidamente y sin reflexión. Urgencia y falta de motivación son las características comunes.
Frosch y Wortis atribuyen al concepto impulsividad tres significados: Impulsividad como síntoma, definida como una tendencia a provocar actos perjudiciales sin premeditación o planificación previa, dando lugar a un deterioro del funcionamiento psicosocial. Impulsividad referida como un tipo específico de agresión, donde se perciben los estímulos medioambientales como amenazantes y se responde de manera inmediata como agresividad. Impulsividad como rasgo de la personalidad, que presenta múltiples manifestaciones cognitivas y conductuales en la vida cotidiana
Eysenck, desde un enfoque personológico, la relacionaba con la búsqueda de riesgo, la falta de planificación y una mente inquieta y rápida. Para él, la impulsividad es un rasgo que se relaciona con uno de los tres grandes factores de la personalidad como es la extroversión, junto a la sociabilidad, por ello, impulsividad, sociabilidad y búsqueda de sensaciones mantienen un entramado de relaciones entre sí. Patton divide a la impulsividad en tres componentes: 1) actuar según el momento (activación motora), 2) no centrarse en la tarea entre manos /atención) y 3) no planificar ni pensar cuidadosamente. En algunos modelos conductuales, la impulsividad se define como la perseverancia de la conducta que se castiga o no se premia, en el paradigma de castigo o extinción, como la preferencia por un pequeño premio inmediato respecto de uno mayor postergado, en el paradigma de elección de premio y como una respuesta prematura o la inhabilidad de mantener una respuesta, en el paradigma de respuesta inhibida/atencional.
Socialmente la impulsividad se ha considerado una conducta aprendida que procede de un ambiente familiar en el que el niño aprende a reaccionar inmediatamente para obtener la gratificación que deseaba. Por lo tanto, los individuos impulsivos no tendrían la capacidad de sopesar las consecuencias de sus acciones, ni para sí mismos ni para los demás.
Las formas más frecuentes de autolesionarse son:
- Cortarse (cutting)
- Quemarse (burning)
- Arañarse (scratching)
- Golpearse deliberadamente contra superficies duras (hitting)
- Tallarse (carving)
- Morderse (bitting)
- Pincharse (pinching)
- Golpearse la cabeza en forma rítmica (banging)
- Interferir con la curación de heridas
- Saltar desde alturas
Las autolesiones propiamente dichas representan el 20 % de las consultas hospitalarias por autoagresión, mientras que las sobredosis de medicamentos u otras sustancias lo hacen en un 80 %. El provocarse cortes superficiales (cutting) es el método más comúnmente utilizado. Representa casi el 75 % de los casos.
Generalmente se asocia esta conducta a personas con trastorno borderline de la personalidad, pero un número sustancial de pacientes está deprimido. Existe una asociación con abuso infantil, antecedentes psiquiátricos del paciente y de la familia. Tiende a esparcirse por contagio, especialmente en los momentos de cambios afectivos del medio.
Automutilación
La automutilación son auquellas lesiones corporales con severo daño tisular sin intención suicida. Se han descripto lesiones mutilantes en diversas regiones corporales, siendo las más frecuentes los ojos, los genitales, los pabellones auriculares y los miembros superiores.
Con respecto a la automutilación ocular, encontramos en la literatura y en la historia casos llamativos destacando los siguientes: Sófocles en su obra Edipo Rey relata la tragedia de Edipo, quien mata a un hombre en una pelea sin saber que era su padre y se casa con una mujer sin saber que era su propia madre. Al ser conciente de su tragedia, ser un parricida e incestuoso, se perfora los ojos con los alfileres del vestido de su madre. · Demócrito que se quitó la vista para pensar con mayor lucidez. Marco Polo, en el siglo XIII, describe en su libro Trescientos millones a un devoto carpintero de Bagdad que tras gritar que tenía pensamientos pecaminosos hacia una cliente se arranca el ojo derecho. Si bien fue Bergman el que describió el primer caso en la literatura médica en 1846, fue Blondel en 1906 el que propuso el término edipismo para las autolesiones oculares en general, mientras que Gerhard impulsó que se reservara para la autonucleación exclusivamente. En 1899 Axenfeld demostró experimentalmente como es posible la enucleación de ambos ojos de un cadáver en un minuto usando únicamente los dedos: el dedo índice de cada mano avanzaría a lo largo de la pared medial de la órbita hasta llegar al espacio retrobulbar desde donde tirando con fuerza se puede arrancar el globo ocular incluyendo los músculos extraoculares, vasos sanguíneos y nervio óptico. Las características generales de estos pacientes serían las siguientes:
- La mayoría de ellos son psicóticos y presentan alucinaciones de contenido religioso o sexual.
- Generalmente se relaciona con una sensación de culpabilidad que creen que desaparecerá al arrancarse los ojos. Parece que sienten la expiación de la culpa.
- El peligro de autonucleación es mayor si la culpa es de naturaleza religiosa o sexual.
- La explicación en cuanto al contenido sexual se refiere se puede dar porque para ellos el ojo es un símbolo de los órganos genitales (ambos son órganos sensoriales con gran capacidad de proporcionar placer), se trataría de una castración simbólica.
- Algunos pacientes se mutilan los genitales antes o después de los ojos.
- Durante la mutilación apenas sienten dolor.
- El volver a sentir dolor como la desaparición de la alucinación indican bajo riesgo de nuevas mutilaciones.
Las automutilaciones se deben a múltiples patologías, entre ellas cuadros psicóticos, siendo la esquizofrenia la mayor causa seguida del trastorno bipolar en fase maníaca. El mecanismo es de tipo alucinatorio y delirante de contenido religioso y sexual con ideas místicas, eróticas y megalomaníacas con sentimientos de culpa y displacer. Otro tipo de mutilación son las lesiones genitales. En el hombre, la automutilación ha sido una práctica religiosa desde los tiempos de la Roma antigua. Los sacerdotes romanos tenían a esta costumbre como un sacrificio máximo de la vida sexual a favor de la emoción de un bien supremo. Los casos de esta entidad son raros. Los primeros investigadores asumieron que todos los pacientes eran psicóticos, dada la naturaleza de sus actos. Greilsheimer y Groves identificaron tres tipos de pacientes: los psicóticos, los no psicóticos con severos trastornos de la personalidad y los influenciados por factores socioculturales y creencias religiosas.
Schweitzer distinguió cuatro características comunes: delirios, especialmente religiosos, culpa y conflicto sexual, historia de depresión, a menudo con intentos de suicidio anteriores y deprivación severa en la infancia con trastornos de personalidad importantes en la edad adulta. La mutilación genital se vio como una expiación para la masturbación. Nakaya revisó 110 casos e interpretó esta conducta debido a sentimientos de culpa por conflictos sexuales y también a experiencias psicóticas religiosas, hallando que en los casos de lesiones más severas primaba la culpa y en los no psicóticos la causa era la alteración de la identidad sexual.
Martin identificó como factores de riesgo las tendencias homosexuales o transexuales, la ausencia de una imagen masculina con quien identificarse en la infancia, el repudio a los genitales, los sentimientos de culpa por ofensas sexuales y los antecedentes de autolesiones deliberadas, siendo los diagnósticos más frecuentes la esquizofrenia , los trastornos afectivos y la intoxicación alcohólica (¼ de los casos).
Otros métodos de automutilación son el arrancamiento de los dientes, la ablación de los pezones con elementos cortantes y la perforación del cráneo con herramientas, debido generalmente a patología psicótica ya sea aguda o crónica o inducida por sustancias.
Tatuajes, body piercings y otras transformaciones corporales.
¿Una nueva vieja forma de autolesionarse?
El deseo de modificar el aspecto externo que uno tiene, de forma que le permita diferenciarse de los demás, es una característica humana antigua y universal. Los métodos empleados para lograrlo incluyen joyas, vestimentas, atavíos inusuales, estilos de peluquería, etcétera, pero entre los más inusuales, se encuentran diversas formas de mutilar el cuerpo humano, a lo largo de la historia. Cabe destacar las deformaciones esqueléticas (por ejemplo, la deformación craneal practicada por los egipcios en ciertas clases sociales, los vendajes de los pies a las mujeres en China), las mutilaciones dentarias con finalidad estética en dientes permanentes (por ejemplo, en la civilización maya) y las deformaciones de los tejidos blandos (perforaciones o distorsiones en las orejas, nariz, en los labios y tatuajes).
La finalidad de esas prácticas incluía diversos aspectos:
- Ritual: ligado a las creencias mágicas y sobrenaturales. Puede estar asociado con rejuvenecimiento, ingreso o salida de espíritus, al totemismo, con ritos de fertilización o del paso de la vida a la muerte; también puede ser una práctica clerical (Oceanía). ·
- Proclamación: no sólo la presencia de estas transformaciones corporales, sino también su localización y diseño son las que transmiten mensajes. Entre ellos, la identificación de un clan o una tribu, el rango social y el linaje y a veces logros personales (análogos a las medallas de los militares); otras veces indican el estado marital del individuo y a veces el objetivo puede ser la intimidación del enemigo ·
- Decoración: además del carácter ritual, tienen una finalidad estética evidente ·
- Terapéutica: en ciertos grupos étnicos, sobre todo el tatuaje y las escarificaciones, se realizan como un intento de alejar o paliar dolores y enfermedades y por lo general se realiza en la piel sobre donde se localiza el problema.
En la actualidad los tatuajes y las perforaciones están aumentando entre los adolescentes como una forma de comunicación y de expresión de su propia identidad o del culto al cuerpo conocido por body art.
Es evidente que la moda influye en todas las personas, pero en algunas lo hace particularmente patente. Entre los motivos que aducen, encontramos: ·
- Moda
- Rebeldía
- Diferenciación
- Razones sexuales
- Recuerdo de eventos
- Disfrute de sensaciones
- Pertenencia
- Influencias étnicas y tribales Son más frecuentes en ciertos grupos sociales, como artistas, bohemios, como también en pandilleros y presidiarios, adictos y enfermos psiquiátricos.
Las personas con tatuajes o perforaciones tienen mayor probabilidad de altos consumos de sustancias en ellos y en sus amigos, conductas de riesgo sexual y relaciones sexuales tempranas, niveles altos de violencia, trastornos de conducta, dificultades escolares y criminalidad.
Si bien algunos consideran a los tatuajes, los body piercings y otras transformaciones corporales como autolesiones, no se definen exacatamente de esta manera, porque no es un acto hecho a sí mismo por sí mismo y no presenta las motivaciones propias de las autoinjurias, aunque exista la intencionalidad de agredir al propio cuerpo, se reconocen a estas transformaciones como factores de riesgo importantes de autolesiones, ya que las personas que se las realizan comparten muchas de las condiciones para autoagredirse como por ejemplo el abuso de alcohol y drogas, trastornos de personalidad, enfermedades psiquiátricas y la toma de conductas de riesgo.
Es importante el estar alertas en la evaluación de los pacientes con comportamiento autolesivo, por el alto riesgo de suicidio y no minimizar las consecuencias de estas conductas.
Fuente: http://www.autolesion.com/