BULLYING, CIBERBULLYING, SEXTING

BULLYING
Bullying es un término que deriva de la lengua inglesa, concretamente de la palabra
bully, que significa «matón». este vocablo al español puede definirse como «acoso
escolar» o «maltrato entre iguales», siendo descrito como un comportamiento ofensivo,
propiciando maltrato físico, psicológico y verbal que se lleva a cabo entre compañeros
de la misma edad o similar.
Se caracteriza por la intimidación, hostigamiento, coacción o abuso que realiza un
alumno contra otro en situación de indefensión, convirtiéndolo en su víctima mediante
continuos ataques intimidatorios. Se lleva a cabo de forma repetida y durante un tiempo
determinado, pudiendo darse durante días, semanas, meses o incluso años.
Es importante destacar que, como se ha comentado anteriormente, las conductas
violentas son emitidas por un compañero, pero hay que tener en cuenta que éste suele
ser apoyado o respaldado por otros, pudiendo ser la víctima agredida por una o varias
personas.

Las características principales del acoso escolar son:
Indefensión de la víctima. Ésta se siente acorralada e indefensa ante las continuas
conductas intimidatorias no eventuales que sufre, bien porque es físicamente
menor que el agresor, o porque adopta una conducta pasiva ante él por miedo a
futuras consecuencias.
• Ausencia de provocación de la víctima. Ésta es una de las peculiaridades más
relevantes a la hora de hablar de una situación de acoso. Dicha característica se
resume en una frase: «la víctima nunca es culpable». La persona acosada no
provoca al agresor ni lleva a cabo comportamientos ofensivos contra él. Tampoco
hay conflictos previos entre ellos que puedan desencadenar una situación de acoso
escolar.
Desequilibrio entre acosado y acosador. Se considera al primero más débil que
al segundo. Esto quiere decir que existe desigualdad física (diferencia en fuerza o
edad), desigualdad psicológica (el agresor consigue que su víctima adopte un
sentimiento de inferioridad y miedo por las conductas violentas recibidas) y
desigualdad social (popularidad del agresor y como consecuencia aumento de
apoyo al mismo).
Complicidad, pasividad o ignorancia del entorno. Estos tres hechos se
producen, respectivamente, bien porque las personas de alrededor apoyan y
aprueban lo que hace el agresor, adoptando una actitud favorable y partidaria de la
intimidación, bien porque tienen miedo a defender a la víctima y que el agresor
pueda atentar contra ellos de igual manera, o por último porque las personas de
alrededor (compañeros, docentes y padres) no son conscientes de la existencia de
acoso escolar en sí, o desconocen los tipos de agresiones y los criterios que pueden
considerarse para catalogar a una situación de violencia, como acoso escolar.
• Persistencia en el tiempo. Esta situación de desigualdad de poder, y todo lo que
ella conlleva, se lleva a cabo de forma sistemática y reiterada, lo que aumenta el
malestar de la víctima, puesto que es consciente de que las agresiones
intimidatorias volverán a repetirse una y otra vez. Esto influye en el deterioro del
ámbito emocional, social, académico y familiar

 

CIBERBULLYING

Se describe como «abuso psicológico» entre iguales o de edad similar. En este caso, la
diferencia con el bullying es el medio a través del cual se produce el acoso, puesto que
en el ciberbullying se utilizan las nuevas tecnologías de información y comunicación

Se considera importante destacar que, antes de que se lleve a cabo el acoso por medio
de las tecnologías, existen acciones de hostigamiento «cara a cara».
Es relevante hacer una distinción con el «ciberacoso», ya que para que estas acciones
tomen dicho nombre, el atacante tiene que ser una persona adulta, a diferencia del
ciberbullying, donde el agresor puede ser un menor.

Dentro de la tecnología citada anteriormente, incluimos teléfonos móviles, Internet,
incluso videojuegos online. En este apartado cobran gran importancia las aplicaciones
mediante las que se producen; algunas de ellas son: mensajería instantánea, redes
sociales, correo electrónico, etc.
En este tipo de acoso, las manifestaciones se llevan a cabo mediante insultos,
chantajes, acusaciones, humillaciones, divulgación de falsa información, manipulaciones, suplantaciones de perfiles, etc. Estas acciones se producen de forma deliberada e intencionada para dañar a la persona acosada, siendo persistentes en el tiempo.
Algunos de los aspectos que caracterizan a este fenómeno son el anonimato, ya que la
víctima puede no saber quién le acosa, puesto que en las redes sociales es posible
suplantar la identidad, haciéndote pasar por alguien que no eres. Además, se produce un
efecto cadena, pues la audiencia en el medio de las tecnologías posee capacidad para
llegar a muchas personas o perfiles de manera inmediata.
El agresor ataca mediante acciones de hostigamiento e intimidación de forma
totalmente anónima. Cuando se hace en un medio virtual, las claves socioemocionales
son mucho menores, al igual que el sentimiento de culpabilidad o remordimiento, lo que
supone mayor «desinhibición virtual».
Por el contrario, en la víctima se produce una mayor indefensión, ya que no prevé ni
puede prevenir el ataque, generándose en cualquier momento, a diferencia del bullying,
donde el perjudicado huye si ve a su agresor.

 

En el ciberbullying destacamos las siguientes fases:
Contacto físico
El acosador conoce a su víctima físicamente, la ha tratado e incluso maltratado antes
de llevar a cabo el acoso por medio de las tecnologías.
Contacto tecnológico
El atacante comienza a amenazar, coaccionar o a insultar a su víctima por medio de
alguna vía tecnológica. En un principio, todo parece un juego sin más, tal y como sucedía
en el bullying, pero no es así. El acosador hace público ese hostigamiento contra su
víctima, debido a la rapidez de difusión de información en estos medios, lo que es más
devastador para el acosado.
Aparición de daños psicológicos graves
En este fenómeno, los síntomas son muy similares al bullying.

Las principales causas por las que se produce son:

• Uso temprano de las NTIC, acompañado de ausencia de pautas educativas acerca
del manejo y los riesgos que conlleva adentrarse en el ciberespacio, lo cual resulta
atractivo y divertido a la vez que perturbador o peligroso. En este aspecto
consideramos que el apoyo educativo es necesario. Debemos educar a nuestros
menores sobre la importancia de un uso «sano» de los medios tecnológicos.
Ignorancia de los riesgos, puesto que los pequeños navegadores no son conscientes
de la importancia de la privacidad y de la capacidad de reproducción multiplicada
de la información enviada o expuesta en nuestras redes sociales.

 

SEXTING

 

Se define como el envío de contenidos eróticos o pornográficos entre dispositivos
móviles, en la mayoría de las ocasiones, aunque también pueden utilizarse otras vías.
Hay personas que lo entienden como una nueva moda de interacción social.
Los contenidos de los que hablamos son fotos del cuerpo desnudo, o de partes del
mismo. También las personas que llevan a cabo esta práctica pueden grabar vídeos de
tipo sexual. Los propios protagonistas son los que los envían a otras personas, ya sean
amigos, amantes, conocidos o parejas.

En este fenómeno también destacamos varias fases:
Contenido erótico: el protagonista de la historia decide grabarse o fotografiarse sin
o con poca ropa y, en el caso de los vídeos, llevando a cabo determinados actos
sexuales, como masturbándose. Dicho contenido es enviado por parte del
productor del mismo cometiendo un atentado contra su propia privacidad, de
manera absolutamente irreversible y situándose en una posición de elevada
vulnerabilidad.
Cabe destacar que el remitente no valora los riesgos que ello conlleva, al
entenderlo como un juego sexual o un simple «coqueteo».
Ofensa pública: dado que el envío de contenidos no tiene vuelta atrás, del
destinatario depende que éstos, ahora en su poder, puedan ser conocidos por
muchas personas mediante el uso de las nuevas tecnologías. Cuando esto ocurre,
la intimidad de la persona queda al descubierto. En este momento, el sexting toma
el nombre de sextorsión, ya que el receptor manipula al emisor de los contenidos,
demandándole dinero, más imágenes e incluso relaciones, a cambio de que la
información sexual no sea propagada.
Estos materiales pueden ridiculizarse promoviendo que la persona sufra vejaciones y
burlas mediante la manipulación de esos contenidos, en este caso, estaríamos hablando
de ciberbullying.
Una de las causas fundamentales del sexting es la influencia directa del grupo de
amigos, ya que no hacerlo significa correr el riesgo de que te pongan la etiqueta de
«aburrido o anticuado». La persona acaba actuando por la simple presión de los amigos,
con el fin de evitar consecuencias como el aislamiento, la burla o la soledad.
Obviamente, hay personas que realizan esta práctica porque les gusta «lucirse» o
«coquetear». Infravalorar el riesgo de que sea enviado a otras personas por venganza,
chantaje o simple humillación son otras de las razones por las que esta práctica sigue
existiendo.

 

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ESTEMOS ATENTOS Y PREVENGAMOS, ESTE TAMBIÉN ES UN TEMA DE SALUD Y BIENESTAR!